Hecho a mano significa, hecho con el corazón

En los años 50, los abuelos Díaz fundaron "El Chapulín" en Jalisco México, una fábrica de sarape artesanal, fueron unos de los primeros distribuidores de sarape por la república. Teñían los hilos con hojas, pétalos y cochinilla (plaga del nopal). Para la fabricación utilizaban telares de madera hechos a mano. Con el paso de los años, los hijos de los abuelos Díaz salieron de su pueblo natal, dejando atrás la fábrica.

Llega Katia, nieta de los abuelos Díaz, una diseñadora amante de las texturas, los colores y la cultura. Deseando haber impulsado "El Chapulín" decidió continuar con el legado del sarape de su familia contratando a los hijos de los artesanos que trabajaban con sus abuelos, obteniendo la misma calidad y técnica de elaboración.


Así comienza Gardi, con el sarape y ahora también con tejidos guatemaltecos como núcleo, mostrando la importancia de continuar con nuestros telares, detener su extinción y fortalecer nuestras tradiciones.

 Gardi, tradición de telar